jueves, 3 de diciembre de 2009

Flora


Algunas de las especies que habitan los bosques fríos de coníferas son píceas, abetos, alerces, castaños, pinos, abedules, musgos y helechos. Encontrándose por lo general árboles de gran altura.
Estructuralmente, se trata de bosques bastante simples, formados por dos capas: el dosel y el sotobosque. En algunos casos existe también una capa intermedia arbustiva. Los bosques de pinos albergan un sotobosque herbáceo, que suele estar dominado por hierbas perennes, sujeto a incendios naturales ecológicamente importantes.
Los bosques templados de coníferas más húmedos contienen la mayor cantidad de biomasa de todos los ecosistemas terrestres, y destacan por las gigantescas proporciones de sus árboles.

La estratificación vertical no está muy desarrollada por la gran densidad foliar. Los bosques de pinos y abetos sombrean profusamente el suelo, por lo que sólo se desarrollan musgos, helechos y algunas otras hierbas pequeñas. La capa de hojarasca es profunda y poco descompuesta y permanece por mucho tiempo en vez de mezclarse con la capa mineral del suelo.
La luz penetra débilmente en los bosques de pinos y abetos. Los pinos con copas abiertas permiten que la luz penetre un poco más y por ello hay un mayor desarrollo del sotobosque herbáceo o arbustivo. La mayoría de las coníferas en estos bosques templados son pinos. Ellos tienen formas diferentes a las de las coníferas de los bosques boreales ya que no hay necesidad de crecer altos y con formas piramidales, para deshacerse de la nieve, en una región que es cálida la mayor parte del año, incluso en invierno. Los pinos también crecen en áreas que tienen suficiente humedad para que crezcan las hayas y otros árboles deciduos.

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